Nevero de Camarillas

 

   

DEFINICIÓN / COMPOSICIÓN:

El nevero artificial es un pozo excavado en la tierra con muros de contención, de pequeñas o grandes dimensiones e incluso con techo, que dispone de aberturas para la introducción de la nieve y posteriormente la extracción del hielo.

Son artificiales, elaborados por la mano del hombre, y constan de dos partes diferenciadas: el pozo y la cubierta.

El pozo consiste en una oquedad excavada en un declive terroso revestido por paredes de piedra en mampostería. Poseen como requisito indispensable de un fondo permeable o en su defecto de un suelo levemente inclinado hacia un desagüe para el escurrido del agua derretida del hielo almacenado con objeto de una correcta congelación del resto. En el nevero de Camarillas se pueden apreciar una franja a modo de desagüe, y también unas pequeñas oquedades a lo largo del perímetro de la pared que permitían descender al fondo de las neveras.

ORIGEN

La actividad de los neveros artificiales es conocida desde tiempos de los romanos (2.000 a C.), su gran desarrollo tuvo lugar entre los siglos XVI y XIX, y ha sido utilizada hasta mediados del siglo XX, cuando, con la aparición de los electrodomésticos, caen en desuso. El nevero de Camarillas data sobre el S. XVII o XVIII.

FINALIDAD; PRODUCCIÓN DEL HIELO

1) Recolección de nieve: Los trabajos en los neveros comenzaban en primavera, después de las últimas nevadas. Recogían la nieve caída en los alrededores con palas y la llevaban a los neveros

2) Almacenaje; Lo primero que hacían en el interior del nevero, era colocar en la base una capa de tablas, sarmientos o ramas con el fin de que la carga de hielo no contactara con la nieve que se iba regalando.

A continuación prensaban la nieve, pisándola hasta convertirla en capas de hielo de un grosor de 20 hasta 50 cm. Al pisar la nieve esta se compactaba con doble finalidad: para disminuir el volumen ocupado y para que se conservara más tiempo en forma de hielo. Este trabajo que se realizaba en interior del nevero, era la labor más ardua.

Seguidamente se extendía otra capa de paja, hojas… que servía así de aislante térmico y para que les resultara más fácil poder extraer luego la placa de hielo. Sucesivamente iban rellenando todo el interior del pozo, dando capa de paja con capa de hielo.

3) Extracción del hielo: Ya en verano, se cortaban bloques de hielo almacenados y eran sacado mediante ganchos y con la ayuda de cuerdas y poleas.

4) Transporte y venta de hielo: El reparto de hielo o nieve era un servicio a la población que administraban los ayuntamientos, que a su vez eran los dueños de los pozos pero los arrendaban a empresas particulares para su explotación, por un tiempo contratado en pública subasta. Se le concedía al que más pagara y prometía mejor servicio. Prohibían a otros municipios vender en el suyo propio y así impedían la competencia desleal. El hielo resultante se vendía por los pueblos que lo solicitaban.

La venta del hielo empezaba desde principios de mayo hasta mediados de octubre. Su transporte se realizaba preferentemente por la noche, para una mejor conservación del producto en caballerías convenientemente protegidas por pieles de cabras cargadas con cestos de hielo o serones que solían estar envueltos por arpilleras.

USOS DEL HIELO:

Se empleaba con fines terapéuticos y culinarios. Los usos terapéuticos más comunes del hielo han sido: rebajar la temperatura en los procesos febriles, los producidos por la epidemia del cólera, como calmante en casos de congestiones cerebrales y particularmente en la meningitis, detener hemorragias y como anti-inflamatorio o en los traumatismos, esguinces o fracturas.

En la cocina se utilizaba para conservar los alimentos, refrescar las bebidas y hacer helados.

Ya en época medieval se cita su uso en Aragón en el Libro de cuentas de la casa real de Pedro III de Aragón (1239-1285) en el que claramente se habla del consumo de helados. Pero cuando realmente se populariza su empleo es a mediados del siglo XVI y en el XVII que fue cuando se produjo el boom constructivo de neveras en la zona.

DECADENCIA DE LOS NEVEROS:

La progresiva implantación de fábricas de hielo a partir de 1890 en diversas ciudades fue dejando de lado la red de neveros y la producción de hielo aprovechando el clima. Hasta entonces se aprovechaba un recurso natural (renovado anualmente) de manera sostenible, aunque dependiente del clima, lo que daba épocas de escasez de hielo frente a otras de grandes nevadas que llenaban las montañas de nieve y jornaleros.

Con la aparición de los frigoríficos y la producción de hielo en forma industrial, se evita la dependencia de la meteorología quedando entonces obsoletos los neveros artificiales..

Se dice además que hoy por el cambio climático sería imposible que se pudieran cubrir las mínimas necesidades por medio de los pozos, sería inútil buscar nieve o hielo para llenarlos.

En el momento de su desaparición se comenta que sus últimos clientes fueron los balnearios.

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