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Castillo de Alfambra

   

En época musulmana se construye en este territorio una fortaleza que tras su conquista por los cristianos será ampliado y reforzado. Desde el siglo XII al XVII, este castillo pertenecerá a distintas Órdenes militares como la Orden de Monfragüe, la Orden del Temple y la Orden de San Juan.

El valor estratégico del cerro del castillo ha dado lugar a su reiterada ocupación a lo largo de los tiempos. Tras su conquista a los musulmanes por Alfonso II en 1169, este donó Alfambra al conde Rodrigo de Sarriá, quien otorgó a la población un importante fuero hacia 1175. Tras pasar a control de la Orden Militar del Santo Redentor, Alfambra y sus posesiones, que incluían Escorihuela, Orrios o Camañas, se incorporaron en 1196 a la del Temple. En 1308, tras la disolución de la orden templaria, su comendador hubo de rendirse al rey, pasando a depender de la Orden de San Juan, a la que estuvo vinculada hasta 1786.

Tiene una planta alargada y estrecha y de él únicamente quedan los restos de una torre, posiblemente la del homenaje, de planta rectangular, de 14 por 7 metros, y también algunos lienzos de la muralla que lo rodeaba. Actualmente, únicamente son significativos el torreón, enclavado en el extremo norte, y el aljibe, que pese a haber perdido los arcos perpiaños mantiene en pie su bóveda apuntada.

En 1956 se erigió en la zona sur un monumento al Sagrado Corazón. A los pies del castillo, en un promontorio destacado sobre el pueblo, se aprecian los restos de la iglesia medieval, que poseía dos portadas enfrentadas.

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