Acueducto Romano. Albarracín – Cella
El acueducto romano, que partiendo de las proximidades de Albarracín llegaba hasta Cella, es sin duda una de las obras públicas hidrúlicas más importantes de la Península Ibérica, realizada en el siglo I de nuestra era.
La construcción del acueducto
La construcción de una gran obra pública como los acueductos requería de una gran organización logística. Roma creó con este fin un cuerpo específico de funcionarios que recibía el nombre de familia publica aquarum. Este cuerpo estaba formado por ingenieros (mensores aedificiorum), topógrafos (mensores), administrativos y tesoreros (scribas), pregoneros (praecones), capataces de obra (libratores), fontaneros (plumbarii) y esclavos públicos (servos publicos).
En primer lugar, el topógrafo y sus ayudantes calculaban el recorrido más adecuado y el desnivel general entre la zona de captación y la de almacenamiento o suministro.
En este acueducto de Albarracín a Cella, la gran distancia existente entre los dos estremos y la complejidad orográfica del terreno debió complicar de manera notable estos trabajos, diseñando un recorrido que aprovecha en la medida de lo posible las curvas de nivel.
Tras diseñar y marcar sobre el terreno el recorrido del acueducto, la obra tuvo que comenzar simultáneamente en varios puntos del trazado, con varios equipos asentados en campamentos de trabajo a lo largo del itinerario. Los capataces o libratores se encargaban de los obreros, artesanos libres y esclavos especializados, además de los materiales, animales de carga, víveres, herramientas y del pago de los salarios.
La precisión de las distintas conexiones es un claro ejemplo del nivel alcanzado por los ingenieros romanos.
El acueducto Albarracín – Gea – Cella
Este acueducto, de casi 25 kilómetros de recorrido, discurre inicialmente junto al río Guadalaviar, del que toma las aguas, con una conducción que na las galerías excavadas en la roca con canales a cielo abierto.
Cerca del núcleo actual de Gea de Albarracín, el acueducto se hace subterráneo, con una galería que discurre en ocasiones a 60 metros de profundidad y vuelve a aflorar a la superficie al aproximarse a Cella.
Para su construcción se excavaron 9 kilómetros de galerías, dotadas de casi un centenar de pozos de ventilación. En total se ha calculado que se evacuaron aproximadamente unos 50.000 m3 de roca. El acueducto poseía una pendiente media de un tres por mil, con un abundante caudal próximo a los 300 litros por segundo.
Su finalidad era el suministro de agua al núcleo urbano de la ciudad romana que existió, desde el siglo I a. C., en la actual Cella, aunque dado su importante caudal no se descartan otros usos relacionados con instalaciones artesanales (batanes, fraguas o molinos).
No se sabe el periodo de tiempo que este acueducto pudo estar en activo, aunque con seguridad en el momento de la conquista cristiana de Cella no se encontraba en funcionamiento, como indica la búsqueda y el hallazgo de la actual fuente. Tras el abandono del acueducto, los tramos excavados en la montaña fueron utilizados como refugio de pastores y agricultores y guaridas de animales.
Visita al acueducto
A lo largo de todo el recorrido del acueduto existen 8 tramos adaptados para la visita, donde se han dispuesto mesas de interpretación que informan sobre las características y técnicas de construcción del acueducto de Albarracín – Gea – Cella.
Estos tramos son:
Tramo I: Azud del albergue de Albarracín. En este tramo se puede ver la zona desde la que el acueducto tomaba el agua del río Guadalaviar, aunque el azud actual no es romano.
Tramo II: Galería de los espejos y túnel, próximo al castillo de Santa Croche. En esta zona se puede recorrer parte del acueducto excavado en la roca.
Tramo III: Azud de Gea de Albarracín. El acueducto discurre excavado en la roca, en paralelo al gran cortado de roca existente. Se pueden reconocer numerosas ventanas de ventilación (lumica) a tramos regulares.
Tramo IV: Barranco e los Burros. En este punto, de gran belleza paisajística, el acueducto discurre excavado en la roca, dando un dramático giro para salvar el barranco y seguir la curva de nivel.
Tramo V: Cañada de Monterde y Las Hoyas. El acueducto sigue siendo subterráneo. En este tramo destacan los enormes pozos de ventilación o putei, en ocasiones de gran profundidad.
Tramo VI: La Tejería. Tras los dos últimos pozos, el acueducto sale a cielo abierto.
Tramo VII: Las Eras de Cella. El acueducto sigue discurriendo a cielo abierto, ya próximo a Cella.
Tramo VIII: Casco urbano de Cella. Hay un panel explicativo en la Plaza Mayor de la localidad.
Sendero Acueducto romano «Gea – Cella»
Distancia: 9,5 Km
Tiempo aproximado: 2 h 30′
Dificultad: media
Actividades: senderismo, BTT y turismo ecuestre
Recomendaciones: importante llevar buen calzado y agua.
Este sendero, que sigue el recorrido trazado por el acueducto desde Gea de Albarracín hasta Cella, nos muestra algunos tramos muy interesantes de los descubiertos hasta ahora.
Parte desde Gea por la pista qeu sale junto al cementerio y nos lleva al paraje conocido como la Cañada de Monterde, donde el acueducto empieza su recorrido a una considerable profundidad. Aquí encontramos unas galerías muy bien conservadas, acondicionadas para su visita.
Desde este punto el sendero asciende entre las hoyas o agujeros verticales que daban aire a las profundas galerías hasta llegar a la última de éstas. Aquí empieza a descender, pasando por campos de cultivo, hasta llegar a una pista secundaria y poco después a una principal que tomamos a la derecha. Tras caminar 50 m giramos a la izquierda en una zona de marcado carácter cerealista.
Seguimos el camino, guiándonos por la señalización instalada, y pasamos por delante de la paridera del Espliegar hasta alcanzar poco después los restos de dos hoyas del acueducto romano, en donde un pequeño panel nos explica su funcionamiento. En pocos minutos, siguiendo la pista, llegamos a la fuente de la Tejería que nos brinda un agua bien fresca en una zona para descansar o comer.
A partir de ahí, dejamos la pista y seguimos por la rambla de la Muñeca que en menos de 2 km nos acerca a varios tramos de acueducto a cielo abierto. Finalmente, llegamos a un área de descanso con un pequeño cubierto. Desde aquí, nos restan pocos metros para llegar a Cella, entrando por el mismo lugar que lo hacía el acueducto, es decir, por las eras y sus pajares. Es éste un espacio muy interesante como ejemplo de diversos tipos de construcción con la técnica del tapial.